sábado, 17 de octubre de 2015

La aspiración de cada Comunidad cristiana a la unidad

El Concilio llama tanto a la conversión personal como a la comunitaria. La aspiración de cada Comunidad cristiana a la unidad es paralela a su fidelidad al Evangelio. Cuando se trata de personas que viven su vocación cristiana, el Evangelio habla de conversión interior, de una renovación de la mente. 22
Cada uno debe pues convertirse más radicalmente al Evangelio y, sin perder nunca de vista el designio de Dios, debe cambiar su mirada. Con el ecumenismo la contemplación de las « maravillas de Dios » (mirabilia Dei) se ha enriquecido de nuevos espacios, en los que el Dios Trinitario suscita la acción de gracias: la percepción de que el Espíritu actúa en las otras Comunidades cristianas, el descubrimiento de ejemplos de santidad, la experiencia de las riquezas ilimitadas de la comunión de los santos, el contacto con aspectos impensables del compromiso cristiano (Encíclica de Juan Pablo II)


Ut Unum Sint 25 de mayo de 1995


El mensaje completo



Mensaje de unidad




martes, 13 de octubre de 2015

Infancia espiritual

  La comunidad de las Canónigas de Palencia muy pronto estarán jubilosas por el reconocimiento a Sor Angeles del Niñito Jesús como merecedora del honor de ser misionera y apóstol por los frutos que emanarán de su pensamiento que serán prueba irrefutable para su beatificación, ahora, en proceso:
 Sentadita en mi coro con el breviario en las manos, seré sal de Sal, luz de Luz, ¿os contentáis? Quiero ser apóstol de los apóstoles de mi amado, y tener parte en todas sus conquistas. cita 760 del Libro: Una recadera en el cielo.
las diez virgenes sensatas.blogspot.com.es

Santa Teresita del Niño Jesús y Sor Angeles del Niñito Jesús, la infania espiritual

domingo, 4 de octubre de 2015

Asamblea Sinodal 2015

 
 «Los propios cónyuges, finalmente, hechos a imagen de Dios vivo y constituidos en el verdadero orden de personas, vivan unidos, con el mismo cariño, modo de pensar idéntico y mutua santidad, para que, habiendo seguido a Cristo, principio de vida, en los gozos y sacrificios de su vocación por medio de su fiel amor, sean testigos de aquel misterio de amor que el Señor con su muerte y resurrección reveló al mundo» (Gaudium et Spes, 52; cfr. Catecismo de la Iglesia Católica, 1533-1535).